Se despierta extrañada
desconociendo el cuarto.
¿Adónde se fue el padre,
dónde la madre
que hace un momento apenas
la acompañaban?
¿Dónde están las palabras
de la conversación,
y el patio oloroso
después del aguacero?
Se levanta y suspira.
Este cuarto extranjero
y la luz indiferente
de una mañana cualquiera
que la hiere.
Desde la calle
los ruidos de la vida entran.
Y el sueño queda estrujado
como un pañuelo.