
Si eras la pura alegría de vivir
¿Por qué apresuraste tu partida?
Bien sabías cuánto necesitábamos
de tu risa
fluyendo como agua fresca
en los resecos cauces del corazón
Aquella risa tuya tan única
y vivaz
que atravesaba los corredores del colegio
en ráfagas de luz
y ha de estar impregnada todavía
como eco inaudible
en las vetustas paredes de las aulas
Desde la infancia,
borrosa por las brumas de la edad
hasta esta hora triste,
nos hiciste la vida más leve con tu risa
y tu presencia vital,
más viva que esta vida de ahora
vuelta de pronto, tan árida.